Durante la edad de Bronce (1800/ 800 a.C) las comunidades locales decidieron grabar en piedra algunas de sus creencias más profundas. En la estación de "Campo de Cuñas" se representan algunas cazoletas y una bonita escena de caza: un ciervo macho de gran cornamenta, que cobija entre sus piernas a una pequeña cría, es acosado por dos cazadores. Los cazadores ya han disparado sus proyectiles y el cérvido se encuentra herido con tres lanzas en el lomo.
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Grabados |
A pesar de que la presencia del cantero se deja notar en medio del antiguo petroglifo con diferentes perforaciones y una inscripción en la que se lee "año 1850", el picadero supo apreciar los antiguos restos de grabados e intentó respetarlos, convirtiendo este petroglifo en uno de los pocos casos de conservación espontánea de Galicia.
Para una mejor visualización de los grabados se recomienda que la visita a la estación se realice a primeras horas de la mañana, cuando la luz rasante propicia una definición más clara de los surcos del grabado.
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